Francia retiró a sus tropas en 1954, porque no tenía más interés económico y necesitaba a sus tropas para combatir en Argelia, ya que en ese momento, para Francia era más importante el territorio de Argelia por sus recursos naturales.
Cuando Eisenhower dejó la presidencia en manos de Kennedy, se tomó la decisión de intervenir militarmente para apoyar al gobierno del sur. El presidente envió integrantes de los “boinas verdes”, las fuerzas especiales, para adiestrar a los militares de Vietnam del Sur. Mientras tanto, el Vietcong seguía ganando territorio.
En noviembre de 1963 Diem se convirtió en un personaje imposible de apoyar para EEUU. Había prohibido la libertad religiosa y el ciudadano estadounidense no podía siquiera imaginarlo. El embajador estadounidense en Saigón preparó un golpe de estado en el que resultó asesinado Diem. Todo sucedió a unos cuantos días del asesinato de Kennedy.
El sucesor Lyndon Johnson no tenía vislumbrada intevino acción militar. Ante el escenario electoral se vio en la situación de hacer una entrada bélica en Vietnam o perder la presidencia. El destructor USS Maddox se internó en aguas territoriales de Vietnam del Norte y fue torpedeado. Un par de noches después repitió la incursión pero esta vez no fue agredido. EEUU dijo que la agresión sí se había dado y lo tomó como un pretexto para ir a la guerra. Johnson pidió permiso al congreso y se votó a favor. Esa resolución fue la justificación jurídica de la Segunda Guerra de Indochina.
La Guerra de Vietnam fue un fracaso para el bando estadounidense, que le costó la vida a dos millones de vietnamitas y a 58 mil estadounidenses. Una guerra que era esencialmente un episodio más de la guerra fría para los americanos (“Si ponemos en fila una serie de fichas de dominó y empujamos la primera, muy pronto caerá hasta la última. En otras palabras: si permitimos que los comunistas conquisten Vietnam, corremos el riesgo de que se produzca una reacción en cadena, y que todos los estados del sudeste asiático se vuelvan comunistas uno tras otro”, Dwight D. Eisenhower) para los asiáticos significó una defensa patria contra el colonialismo.
Como ya lo hemos visto, el pueblo vietnamita vivió y combatió la colonización francesa y japonesa, por lo que su espíritu de defensa de la patria recién recuperada estaba a tope. Por otro lado, los problemas en el mismo hogar de los soldados no eran pocos. Los movimientos por los derechos civiles, pacifistas y los hippies, engrandecidos por la televisión que llevó a cada casa el horror de la guerra, provocaron un rechazo generalizado a la guerra en Asia. Por ello, el enemigo al que vencieron en cada una de las batallas terminó por ganarles la guerra.
Ho Chi Minh, después de la resolución del Congreso estadounidense, empezó a atacar ferozmente blancos norteamericanos. Se autorizó que la fuerza aérea estadounidense bombardeara Vietnam del Norte en lo que pensaron una operación rápida que se prolongó tres años y 643 mil toneladas de bombas. La guerra nunca fue declarada por lo que la imagen de EEUU se tornó desagradable a la opinión pública internacional pues apareció como un gigante imperialista que agrede a pequeños países independientes.
Las tropas invasoras crecían en número estrepitosamente mientras los ataques aéreos fracasaban. Para agosto de 1965 la cifra ascendía a 125 mil efectivos estadounidenses desplegados en el país asiático. Pero el Vietcong se las ingenió para ser un enemigo de humo, que se movía rápido y dictaba las condiciones de los combates. El medio no podía ser más hostil para los marines: la selva, las serpientes y las sanguijuelas aunadas a las enfermedades tropicales y la lluvia.
Con el tiempo, en EEUU la imagen de la guerra iba en deterioro. El uso de reservistas desnudó la mecánica de reclutamiento en el que se llevaba a la guerra sólo a las minorías étnicas y a los pobres. El límite de tiempo en servicio era un año. Los soldados regresaban a casa cuando habían adquirido experiencia, esto elevó el índice de mortandad. La rotación de los soldados llevó a la guerra 3,7 millones de estadounidenses.
En esos momentos la situación al otro lado del océano se presentaba en contra de la guerra. Con los movimientos de los derechos de los negros y el pacifismo hippie, el asesinato de Martin Luther King el país estaba a punto de colapsar.
Con la guerra perdida Johnson declinó el postularse para otro período presidencial: “Con hijos de Estados Unidos que están en campos lejanos, con el futuro de Estados Unidos puesto en cuestión aquí mismo, en casa… no creo que deba dedicar una hora ni un día de mi tiempo a ninguna causa personal. (…) Por lo tanto, no voy a buscar, ni voy a aceptar la nominación de mi partido, para otro período como presidente”, dijo en televisión el 31 de marzo de 1968.
En 1969 el republicano Richard Nixon asumió la presidencia. Junto con Henry Kissinger empezó a considerar extender la guerra a Camboya. Después de poco aceptaron la idea de retirarse y fortalecer el ejército de Vietnam del Sur. De diciembre de 1969 al mismo mes de 1972 las tropas habían bajado de 475 mil hombres a menos de 25 mil. El 27 de enero de 1973 se firmó la paz en París. EEUU acordó retirar sus tropas en sesenta días y Vietnam del Norte liberar a los prisioneros norteamericanos.
La guerra era ahora un asunto entre vietnamitas. Los sureños tenían casi un millón de efectivos bien armados pero sin dinero para echar a andar la maquinaria bélica dejada por EEUU. Los del norte estaban diezmados y no juntaban los 300 mil efectivos.
A finales de 1974, Vietnam del Norte lanzó una ofensiva que provocó la huida del gobierno de Saigón y la desbandada del ejército. Los comunistas norteños tomaron la capital del sur y unificaron el país. Los últimos estadounidenses abandonaron el país en abril de ese año.
Estados Unidos perdió 58 mil soldados y lanzó sobre Vietnam la misma cantidad de bombas que la utilizada en toda la Segunda Guerra Mundial. Murieron dos millones de vietnamitas, dejaron atrás a 879 mil huérfanos y un millón de viudas. Los años de comunismo que siguieron a la guerra trajeron más muertos y prisioneros torturados. Pero quedará en la historia como uno de los más grandes fracasos de Estados Unidos.
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